martes, 9 de junio de 2009

El vestido de la muñeca

Ella era linda, sí, linda. Muy tímida. Cuando reía se ponía automáticamente colorada. Me gustaba verla. Yo por ese entonces vivía en un PH horrible, oscuro y húmedo, pero con onda. En realidad yo estaba esperando algo... Que todavía espero, creo. En ese momento no existían ni los mensajes de texto, ni el MSN, ni el ICQ ni nada... No logro acordarme cómo fue que la conocí.
No hablaba mucho, pero cuando se emborrachaba no paraba, además, perdía todo el control. Eso es algo común y fácil, pero en ella era distinto: no sólo ella perdía todo el control sino que todo entraba fuera de control cuando ella se emborrachaba.
Yo nunca tuve mucho gusto por la ropa de mujer ni por la cosmética, de eso no entiendo nada. Ella tampoco, ninguno de los dos se destacaba por vestirse bien ni por arreglarse mucho ni por tener gustos muy refinados. Pero yo siempre me fijaba en su look, tenés un peinado muy oriental, una vez le dije.

[Cabe destacar que en ese entonces no existía la metrosexualidad, si te fijabas en eso, eras puto, y punto... a los únicos a quienes se la podíamos dejar pasar eran a Bowie y a Miguel Bosé]

Un día se vino muy linda, con un vestido hermoso. Pero yo lo primero que le dije fue Qué lindo vestido. En ese momento me imaginé que yo salía con un vestido hermoso que venía en el cuerpo de una mujer. No voy a entrar en detalles (no me gusta, aunque quizás algún día los deleite con eso... je) pero cuando se durmió me puse su vestido. Y me quedaba re bien. Yo no tenía sus caderas ni su cintura, pero parece que ese vestido era para tipos como yo: a mi me quedaba de "ensueño".
No me dio vergüenza cuando me vio con su vestido puesto, más bien, entré en pánico. Y ella se rio y se puso colorada. "No te preocupes, será nuestro secreto. Pero sabé que te queda mucho mejor que a mi ¿Lo querés?"
No, no hacía falta. No era necesario.
A ella no la vi más. Una lástima. No creo que se haya ofendido, pero tampoco recuerdo por qué no la ví más. Mi amor tiene memoria selectiva, me acuerdo de algunas cositas, de lo que amé.
Ella me gustaba, mucho, pero en realidad yo me enamoré de su vestido.

Ahora Mike Amigorena impuso la onda queer y hasta esta de moda vestirse de mina. Pero sepanlo: yo fui el primero.

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