No voy a hacerme el latin lover ni mucho menos, pero sí voy a presumir algunas conquistas internacionales...
En algún momento de mi vida, cuando estaba más joven y con más tiempo, llegaba fin de año y me calzaba mi mochilota al hombro y no volvía a Buenos Aires hasta fin de febrero. Así fue cómo conocí Brasil, y entendí que, desgraciadamente, la alegría sí es sólo brasilera; y también conocí Bolivia antes de Evo y las ruinas de Machu Pichu.
Y un día hasta llegué a México...
Y resulta que, sin escapar a la suerte que me acompañaba por aquel entonces, conocí una mexicana, infaltable. Conocí varias, pero una me gustó mucho más.
Ella también estaba de viaje por el pacífico... Ella también estaba conociendo lugares exóticos... Ella también iba a presumir luego una conquista extranjera. Ella también era muy joven como yo. Todos, por aquel entonces, ansiábamos un amor en cada puerto... De más grande te vas dando cuenta de los problemas y complicaciones que eso trae.
Y así fue que una noche ella dejó a su amiga de lado y se vino conmigo, a mi cuarto. Yo viajaba solo, por ese entonces era bastante más valiente que ahora (o al menos eso creía) y me gustaba vagar solo por el mundo, je. [igual la parte más divertía venía cuando llegaba y le contaba mis aventuras a los muchachos, debo confesar...]
Venía todo más que bien: estábamos solos en una cabaña sobre el mar, ella se veía hermosísima a la luz de la luna, yo estaba más que inspirado, hasta recuerdo que le leí unos poemas de Girondo, presumiendo mi nacionalidad [qué grasa]...
Nos dimos unos besos húmedos y sugerentes y ella me contó que había traído algo especial para ese momento.
Y me sirvió un mezcal. Y empecé a sentir cosas extrañas: casi casi que creo que empecé a hablar en otra lengua, creo que de golpe hablaba náhuatl... De golpe me sentía Moctezuma.
Ella también bebía pero, al parecer, a ella no le pasaba nada. Ella jugaba de local, así cualquiera.
Ella me escuchaba divagar muy interesada...
Y me sirvió otro mezcal. Y otro. Y otro...
(...)
Y de golpe abrí los ojos, era de día, estaba desnudo en mi cama, ella no estaba y no me acordaba de nada. No recordaba absolutamente nada. La busqué pero ella y su amiga ya se habían ido, ya me habían abandonado. Me habían dejado solo en una playa inóspita del Pacífico, y lo que es peor... Ella se había ido sin decirme nada... De lo que había pasado la noche anterior.
Si viajan por el mundo nunca acepten ninguna bebida y/o infusión de algún o alguna local, puede ser muy pero muy peligroso. Pueden entrar en tránsito...
Y entonces te va a pasar que no te vas a acordar de nada...
Y no vas a tener nada para contar.
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hay que aceptar y tomar moderado, cosa de disfrutar el momento y disfrutar el recuerdo.
ResponderEliminarSi, el tema pasa por la moderación...
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